Los primeros años del Coaching en Chile
Desde aproximadamente diez años que la oferta de procesos de formación de Coaching en Santiago han vivido un aumento explosivo y su presencia ha inundado el mercado. Los impactos iniciales en términos de novedad fueron menores pues la mayoría de las instituciones y empresas que los ofrecían se cernían a los modelos tradicionales de formación. Éstos han emergido a partir de varias empresas que en los años noventa se hicieron conocidos en este medio. Conocido es aquí también el predecesor del Coaching en Chile, que buscaba el fogueo de emprendimientos.
El modelo de aprendizaje de una empresa que ofrecía Coaching en Santiago (que por respeto no vamos a nombrar) logró en su momento impactar la sociedad de una manera más periodística que mercantil o académica. Los reportajes que salieron en los diarios de la época, y que intentaron denunciar ciertas prácticas sectarias, no lograron su afán y develaron finalmente un modelo de formación que iría a retroceder y perder fuerza paulatinamente.
Dicho modelo de formación fue puesto en duda pues establecía una relación de aprendizaje con el estudiante de naturaleza coercitiva, de exposición pública de errores, en ocasiones resentida y con una orientación carente de cualquier fundamento. Lo anterior tuvo variados efectos y uno de ellos es precisamente el agotamiento del modelo comercial que después de 27 versiones o “generaciones” tuvo que cerrar las cortinas dando lugar a otras empresas más pequeñas que intentaron sin éxito replicar los resultados de su predecesor (que al cabo de unos años volvería al ruedo).
Los años del Coaching sin fundamento
Los nombres con los cuales se ofrecían estos programas en ocasiones ni si quiera incluían el concepto de Coach o Coaching. Las herramientas entregadas carecían de fundamentos teóricos (puesto que los facilitadores simplemente no los conocían) y por lo tanto el producto ofrecido poseía grietas fundamentales que impedían la adquisición de las herramientas claves, tales como las competencias conversacionales, emocionales, corporales, de indagación o de escucha entre muchas otras. La no-adquisición cabal de estas herramientas, la no-comprensión de los fundamentos teóricos, de la razón de ser de ciertas formas de abordar al otro durante procesos de coaching generó una serie de personas que salieron al mundo creyendo que sabían de coaching, pero no sabían.
Lamentablemente con el paso de los años se han ido enquistando en nuestro pequeño-gran mundo del coaching en Chile formas nocivas de esta misma actividad. Diversas empresas, organizaciones y personas han salido al mundo a impartir un conocimiento que no es tal. Han salido a impartir un conocimiento que no permite indagar, no permite mostrar ni guiar a otros en sus procesos de cambio y transformación. No logran ejercer efectivamente el oficio del Coach, y como tal no son capaces de formar Coaches en ninguna de las áreas y competencias de dominio claves.
Una de las principales causantes de este problema lo han constituido las federaciones y organizaciones internacionales de coaching que han sido incapaces de dejar a un lado los mezquinos intereses personalistas y construir así una comunidad internacional de coaching virtuosa y deseosa de aprender. Esto redunda en que no existe un control efectivo de calidad que pueda velar porque un proceso determinado pueda efectivamente redundar en u Coach que sepa enseñar el oficio. No existe un control real con respecto a los Coaches que no deberían ejercer el oficio y como tal el paso de los años ha generado un florecimiento de las combinaciones más irrisorias y teóricamente alejadas del Coaching. Encontramos aquí el Yoga-coaching, el Tarot-Coaching, el Neuro-coaching y cómo olvidarnos del Coaching-floral, entre muchas otros.
Formación industrial de Coaches
Cabe agregar que el paso de los años ha incidido en un segundo fenómeno que quiero pasar a explicar. Las consultoras de las personas que en muchas ocasiones se refieren a sí mismos como una especie de co-fundadores del Coaching en Santiago, vivieron en la década del 2000 al 2010 un aumento exponencial y sostenido en las matriculas de sus respectivos procesos que terminó por sacar al mercado un sinfín de Coaches formados en procesos industriales, masivos, impersonales. Esto en muchas áreas puede ser solo un dato más, no obstante en el área de Coaching esto resulta muy delicado.
Estos procesos se caracterizan por cursos extremadamente grandes y masivos, en los cuales el contacto con los Coaches de mayor experiencia es limitado y muchos participantes quedan a la derivan en sus procesos por la incapacidad (y la falta de voluntad) de estas empresas de hacerse cargo de los procesos de transformación de manera personal. Lo anterior se haría en realidad solo para resguardar la calidad y así cuidar al alumno, durante su proceso de formación. La mayoría de las veces los Coaches no dan abasto para sus comunidades generando un contacto superficial y estéril para los propósitos profundos del alumno.
Es así como nos hemos encontrado con Coaches que adolecen de agujeros serios en el desarrollo de su oficio, tales como la incomprensión de las bases del coaching en Chile o la imposibilidad de trabajar con autocrítica y humildad, el no poder articular un quiebre en su dimensión social, filosófica u organizacional entre muchas otras que un proceso de formación industrial genera como resultados adversos.
En EVS somos diferentes
En EVS creemos haber aprendido de los errores propios. Nuestros cursos de formación (de los cuales ya van 7) en ningún caso tienen más de 15 alumnos y se caracterizan por tener un máximo de cinco alumnos por comunidad con Coach asignado. El trabajo del Coach es constantemente evaluado mediante el proceso de transformación del alumno (cuidando siempre la privacidad y ética del coaching). Nosotros buscamos generar conciencia en el alumno y por ello se hace indispensable en nuestro curso de formación que conozca los orígenes del oficio, que se remonta a la Grecia Helénica de Sócrates y pasa invariablemente por la filosofía de Nietzsche.
Un coach que no comprenda de Nihilismo o del método socrático se ubica en clara desventaja con respecto a otro, formado por nosotros, que domina cada uno de los elementos que hacen que el Coach y el Coaching en Santiago sean lo que son hoy. Nuestra recomendación no es solamente a que se inscriba en nuestra próxima versión del diplomado en Coaching y habilidades directivas que parte en Octubre (para mayor información pinche el siguiente enlace: https://www.evscoaching.com/diplomado-en-coaching/), sino más bien es que pueda tener cuidado con respecto al producto que elige.
La calidad y experiencia de sus profesores, que sepan comprender un texto académico del ámbito, desarrollar e hilar coherentemente una idea o sostener una conversación empática acerca de las emociones con otra persona resulta clave y decidor a la hora de elegir entre una y otra alternativa. Guíese no solamente por las actividades lúdicas, sino exija que le hablen de modelo de intervención organizacional y ontológica, modelos de gestión de compromisos organizacionales, herramientas de aplicación para la consecución de resultados, entre muchas otras. Exija calidad. No se conforme con challa.